top of page

¿Sabes lo que te preguntarán cuando vayas al cielo?

  • Foto del escritor: Millalobo Fuenzalida
    Millalobo Fuenzalida
  • 7 mar 2017
  • 2 Min. de lectura

Estos días de Cuaresma me acercan a Jesús. Son una época de gracia, irrepetible.

Me convierten en un “Bicho raro”. Pero qué alegría ser un bicho raro para Jesús. Ya me lo han dicho: “Vaya que eres un bicho raro”. Y yo sonrío feliz de tener la oportunidad de ofrecer algo.

Son estos días de gracia en los que reflexiono más en mi vida, lo que he hecho y lo que haré con lo que me resta de ella. Hace unos días cumplí 42 años. Pienso a menudo en los frutos que he dado. ¿Le habrán gustado a Dios?

Cuando te das cuenta que la vida es un soplo y ves partir personas que estimabas, es momento de sentarse a pensar. ¿Iré con mis manos vacías al encuentro con el Padre?

¿Qué debo hacer con mi vida? Sólo hay una respuesta: “Amar”.

A menudo recuerdo la homilía de un sacerdote que nos decía:

La semana pasada tuve un retiro con los profesores del colegio. Les dije que cuando partamos de este mundo nos pondrán un examen, así como ellos se los ponen a sus alumnos. Este examen, será un poco diferente. De su respuesta dependerá nuestra eternidad. Y tendrá una sola pregunta: ¿AMASTE?”.

Hoy me detuve a pensarlo: “¿Amaste Pablo?”

Repasé las décadas que he vivido. Miré en el pasado lo que hacía un Pablo más joven, testarudo e intrépido, como si estuviese viendo el panorama desde una distancia prudente. A cada paso me gritaba: “Pablo, ¿qué ocurre contigo?”

“No he amado”, fue mi conclusión después de esta dolorosa experiencia.

Creo que seré como aquella persona que llamaron a trabajar entrada la tarde y le pagaron el mismo salario que a los que empezaron a primera hora en la mañana.

Aún hay tiempo. Y debo empezar a amar.

¿Cómo? Mi amor es insuficiente, y muchas veces interesado. Le pediré a la Virgen María, nuestra Madre, que me de un poco de su amor, para poder amar al buen Jesús como ella lo ama. Para tener los ojos abiertos y ver a Cristo en el pobre, el que sufre.

Es hora de Perdonar y amar. Vivir el Evangelio.

Necesito alimentarme de la Eucaristía, y recuperar mis fuerzas.

¿Cómo saber que amo? Porque puedo perdonar y guardar los mandamientos de Dios.

“Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. (Jn 14, 14)


 
 
 

コメント


bottom of page